Comunicación saludable

Una comunicación saludable es una habilidad que podemos aprender y practicar a lo largo de nuestras vidas. La comunicación es parte de todas nuestras relaciones: con amigos, maestros, miembros de la familia, compañeros, nuestros colegas y desconocidos. Es una habilidad que siempre se puede mejorar.

¿Cómo puedes distinguir entre una comunicación sana y una poco saludable? Aquí hay algunos ejemplos de ambas para ayudarte a mejorar tus habilidades de comunicación, lo que puede llevarte a encontrar soluciones a los conflictos.

 

Estilos de comunicación saludable

Comunicación asertiva
En la comunicación asertiva, expresas claramente tus pensamientos, opiniones y sentimientos sin violar los derechos de los demás. Este estilo de comunicación valora el tiempo, el yo y las necesidades espirituales, mentales y físicas de la otra persona.
  • Ejemplos verbales de la comunicación asertiva:
    • “Me siento frustrado(a) cuando hablan y me interrumpen» «Necesito espacio para comunicar mis pensamientos y sentimientos”
    • “Me siento lastimado(a) cuando escucho bromas sobre lo que estoy usando» «Necesito comunicación respetuosa sobre mi apariencia”
  • Ejemplos verbales de la comunicación asertiva:
    • contacto visual directo y no amenazante,
    • tono de voz tranquilo y claro,
    • postura corporal relajada,
    • expresar sentimientos de forma clara, apropiada y respetuosa.
Escuchar activamente:
La comunicación debe ser de dos vías. Tú y la otra persona o grupo tienen el derecho de sentir y expresar sus emociones. Es importante oír para escuchar, no para responder. Cuando los demás hablan, pon atención; evita descartar o desechar automáticamente sus sentimientos. La otra persona es la experta en sus propios pensamientos y sentimientos, al igual que tú. Sigue estos pasos para convertirte en un oyente activo(a):
  • Pon atención: Dale toda tu atención a la persona que está hablando y deja de lado los pensamientos que te distraigan.
  • Demuestra que estás escuchando: Utiliza señales no verbales y lenguaje corporal como asentir ocasionalmente y el contacto visual para demostrar que estás escuchando.
  • Provee retroalimentación: Reflexiona sobre lo que te dijo la persona, parafraseando y haciendo preguntas para aclarar.
  • Posterga el juicio: Permite que la persona que habla termine cada pensamiento antes de hacer preguntas. Evita interrumpir o discutir.
  • Responde apropiadamente: Estás ganando información y perspectiva. Da tu opinión, pero al mismo tiempo trata con respeto a la persona que te habla.

Estilos de comunicación poco saludables

Comunicación agresiva.
La comunicación agresiva son palabras, frases y señales no verbales para expresar tus necesidades sin tomar en cuenta los sentimientos de los demás. Las palabras y frases utilizadas pueden parecer insultos y ponerte en conflicto con otra persona o grupo. La comunicación agresiva se presenta como si estuvieras:
  • despreciando a una persona
  • haciendo suposiciones
  • generalizando
  • culpando
  • siendo sarcástico(a).
La comunicación agresiva puede causar que la otra persona o grupo se ponga a la defensiva, lo que puede hacer más difícil la comunicación.
  • Ejemplos verbales de comunicación agresiva:
    • ¡SIEMPRE llegas tarde!
    • «¿Cómo puedes pensar que es una buena idea?»
  • Ejemplos verbales de comunicación agresiva:
    • apuntar o apretar los puños
    • violar los limites personales de alguien
    • sonreír burlonamente
    • contacto visual extenso y constante.
Pasiva
La comunicación pasiva pasa cuando no expresas tus opiniones o verdaderos sentimientos. Las personas con este estilo de comunicación tratan de evitar el conflicto. Tus sentimientos pueden acumularse sin que la otra persona sepa o entienda como te sientes. Esos sentimientos que no se expresan pueden acumularse hasta que un evento o comentario desencadenante pueda conducir a un arrebato explosivo. ¿El resultado? Sentimientos de resentimiento, ¿El resultado? Sentimientos de resentimiento, vergüenza, culpa y aún más comunicación pasiva.
  • Ejemplos verbales de comunicación pasiva:
    • “Estoy bien con lo que tú quieras comer”
    • “Tienes razón, fue una idea tonta,”
  • Ejemplos no verbales de comunicación pasiva:
    • evitar el contacto visual
    • postura encorvada
    • mirar hacia abajo
    • permitir que otros infrinjan tus derechos.
Pasivo-agresiva
La comunicación pasivo-agresiva puede suceder cuando expresas tu ira de manera sutil e indirecta. Cuando no expresas claramente lo que estás pensando o sintiendo, puedes hacer que las personas se sientan confundidas, lastimadas o molestas. Un estilo de comunicación pasivo-agresiva puede llevar a otros a sentirse resentidos y que tus comentarios se vean como un ataque, con culpa y que estas ocultando cómo te sientes realmente.
  • Ejemplos verbales de comunicación pasivo-agresiva:
    • “Sería agradable si a alguien le importara mi partido de hoy”
    • “No, no importa, lo haré yo solo(a)”.
  • Ejemplos no verbales de comunicación pasivo-agresiva:
    • tratamiento silencioso
    • esparcir rumores
    • sabotaje
    • dejar notas para evitar la comunicación directa.
Bullying
El bullying puede ocurrirle a cualquiera en cualquier lugar y en cualquier momento. El bullying lastima a todos: al bully, a la persona que está siendo acosada y a los transeúntes (las personas que son testigos del bullying). Cuando te das cuenta de lo que es el bullying, es más fácil detenerlo. Aprende más sobre el bullying y cómo detenerlo.

 

Cómo tener una comunicación saludable.

Cómo tener una comunicación saludable.
Para comunicarse de manera saludable, es importante:
  • Decir lo que quieres y cómo te sientes de forma respetuosa.
  • Cuando te enfrentes a un conflicto, aborda el problema directamente y lo más pronto posible.
  • Enfócate en tus propios pensamientos, sentimientos y experiencias. Esto te ayuda a expresar cómo te sientes en lugar de enfocarte en el comportamiento de los demás sobre el cual no tienes control.
  • Intenta usar declaraciones en primera persona “yo” y evita usar la palabra “tú”. Una fórmula general a seguir es: “Me siento ______________ cuando ______________. Necesito ______________. ” Esto te permite expresar cómo te sientes y qué necesitas. La forma cómo responde la otra persona está fuera de tu control.
Estableciendo límites
Los límites son una parte importante de una comunicación saludable. Los límites y las barreras tienen que ver con el respeto por ti mismo y por los demás. Si se te hace difícil decir que“no”, anteponiendo con frecuencia tus propias necesidades para complacer a los demás o te molestas por las acciones de otras personas hacia ti, tienes el derecho y la responsabilidad de decir lo que piensas. Puedes establecer límites respetuosos en tu vida en torno a tu tiempo, espacio, privacidad, propiedad, espiritualidad, sentimientos y conflictos. Los límites se aprenden con el tiempo y hay que practicar para establecerlos y mantenerlos. Utiliza nuestro folleto““Establecer y mantener límites” ” para empezar.
Resolviendo el conflicto
El conflicto en las relaciones es normal. Los conflictos surgen en cualquier lugar donde se reúne la gente, en el salón, en la casa, en el trabajo y en otras actividades. El conflicto puede ser saludable El conflicto puede ser saludable si fomenta un entendimiento compartido que conduzca a un cambio positivo. Sin embargo, el conflicto poco saludable puede ser un obstáculo para cualquier grupo que esté tratando de alcanzar una meta. El conflicto no resuelto puede dañar tu autoestima u obstaculizar la habilidad de un grupo o equipo para trabajar juntos. Aprender a resolver el conflicto de una forma saludable es importante. Es fundamental:
  • Separar el tema o el problema de las personas involucradas.
  • Respetar y valorar todas las opiniones (esto no quiere decir que tengas que estar de acuerdo).
  • Estar dispuesto(a) a tener una conversación respetuosa que explore los diferentes puntos de vista de un tema y que busque una solución.
Pasos a seguir para resolver un conflicto
Recuerda, con frecuencia el conflicto se trata del problema, no de la persona. Involucrase en un conflicto saludable puede ayudarte a expandir tus propios puntos de vista y aumentar tu compresión de los demás.
  1. Detente, piensa y evalúa tu propósito.
    • Piensa y planea como discutir sobre el tema.
    • Planea lo que quieres decir para limitar más malos entendidos.
    • Evalúa el propósito del conflicto o discusión. Esto puede ayudar a aclarar tus objetivos e identificar cuando es el momento de alejarse o involucrarse más.
    • No es una discusión productiva si tu única esperanza es cambiar la opinión de la otra persona o“ganar” una discusión.
  1. Escucha y comunica tus necesidades respetuosamente.
    • Escucha para oír, no para responder.
    • Utiliza habilidades para escuchar activamente para tratar de entender otros puntos de vista. Las personas que sienten que sus opiniones han sido escuchadas tienen más probabilidades de trabajar para encontrar una solución.
    • Trata de decir “yo siento” para compartir tus sentimientos sin culpar.
    • Utiliza el folleto “Instrucciones para una comunicación efectiva” para obtener ideas sobre cómo iniciar una conversación o cómo comunicarte de manera efectiva.
  1. Sé consciente de tus propios mecanismos de defensa y suposiciones.
    • Pocos conflictos tienen una respuesta absoluta correcta o incorrecta. Entender todos los lados de un conflicto puede iniciar una conversación en lugar de aumentar más el conflicto.
    • Sé consciente de tus propios mecanismos de defensa y suposiciones.
    • Comparte tu marco de referencia y suposiciones con otras personas y pídeles que hagan lo mismo.
  1. Busca intereses en común y haz preguntas aclaratorias.
    • Encuentra áreas en que las dos partes estén de acuerdo. Trata de no enfocarte solo en las áreas en las que no están de acuerdo.
    • Busca intereses en común para derribar las defensas y aumentar las posibilidades de una solución compartida. Aclara y define el problema real que puede estar enterrado bajo malos entendidos y emociones.